Muchos de nosotros no nos detenemos a pensar lo que verdaderamente importa. Vivimos nuestras vidas lo mejor que podemos (o lo mejor que sabemos) y pensamos que perseguir nuestros sueños con toda nuestra fuerza es lo mejor que podemos hacer. Algunos de nosotros hemos sido enseñados a luchar con toda nuestra fuerza para alcanzar aquellas cosas que verdaderamente deseamos; de ahí que muchas veces nuestras metas sean una linda casa, una carrera exitosa, hijos de bien… o simplemente dejar huella en nuestro paso por esta vida; que nuestro nombre signifique algo y que seamos recordados por algo digno.
Pero si hemos de ser personas que dejen huella, debemos reconocer lo que verdaderamente importa. Muchas veces lo tenemos frente a nuestras narices y fracasamos, no lo vemos…
Estudio de 1 Samuel 28
Dr. Jorge A. Salazar