Cómo tomar decisiones correctamente

Cómo tomar decisiones correctamente
Hechos 1:12-26

Luego de la ascensión de Jesús al cielo, los discípulos hicieron lo que Cristo les había pedido permaneciendo en Jerusalén juntos, orando y esperando la promesa de Dios. Ahí enfrentan su primer dilema como discípulos sin el maestro y la manera en la que tomaron decisiones nos muestra un patrón maravilloso que deberíamos aprender cada vez que tomamos una decisión importante en nuestras vidas.

Con esto en mente leamos Hechos 1:12-26

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Como sabemos, Judas Iscariote, el hombre que traicionó a Jesús, luego de intentar regresar a los sacerdotes el dinero que recibió por su traición fue y se ahorcó quitándose la vida. Mientras los evangelios dicen que se ahorcó Hechos nos dice que “con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron.”. Mateo 27 nos brinda más detalles lo que sucedió pues fueron los sacerdotes quienes compraron el campo (probablemente a nombre de Judas pues era su dinero el que no quisieron recibir). Al unir ambos relatos sabemos que Judas se ahorcó y cayendo de cabeza se reventó por la mitad y todas sus entrañas se derramaron. ¡qué manera tan horrible de morir!

Pero el enfoque de la historia no está en la forma en que muere Judas sino en que ya no eran doce discípulos sino solo 11. Alguien debía tomar el lugar del doceavo y ahí estaba el dilema. Entre 120 personas reunidas (que era el número mínimo para ser considerado como una asamblea válida en Israel), se tenía que tomar la decisión.

Pedro toma la palabra y lo primero que hace es lo que todos nosotros deberíamos hacer siempre que somos confrontados con un dilema; Pedro va a las Escrituras. Les dice que era necesario que se cumplieran las Escrituras en cuanto a Judas, pero también les dice en el v. 20 que está escrito en el libro de los Salmos que otro tome su oficio.

De manera que el primer paso es informar nuestras decisiones con las Escrituras. Muchas veces este paso es más que suficiente. La jovencita que está indecisa si deba o no iniciar una relación con vistas al matrimonio con un joven incrédulo, al analizar las Escrituras sabrá que claramente Dios nos instruye a no unirnos con personas que no honran a Dios. Lo mismo con muchos asuntos de finanzas, relaciones interpersonales, asuntos de la iglesia y ministerio… en fin. Consultar la Palabra de Dios muchas veces es más que suficiente para darnos la respuesta correcta en medio de una gran decisión.

En este caso la interpretación que Pedro hizo de los Salmos solo les reveló que debían reemplazar a Judas. ¿pero quién?

Allí entró en acción la segunda parte de lo que deberíamos hacer al tomar una decisión. Los discípulos usaron su sentido común para determinar quienes podrían ser los candidatos y escogieron a José y a Matías.

Dios nos ha dado el sentido común para que lo usemos. Nos dio la razón y la sabiduría y la experiencia para usarlas para su gloria y conforme conocemos más y más acerca de Dios tomaremos mejores decisiones.

De modo que en primer lugar somos informados por la Palabra de Dios, en segundo lugar usamos nuestra razón y el sentido común, pero hasta aquí no han tomado aún la decisión, falta un paso importantísimo. V.24 “Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido, para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar.”

El tercer paso es la oración. Una vez que la Palabra y la razón ha informado nuestra decisión pedimos la ayuda de Dios para tener claridad en la determinación que tomaremos.
Los discípulos echaron suertes y fue la manera en la que determinaron que el Señor estaba escogiendo a Matías. En otros lugares de las Escrituras hemos visto el mismo proceso de echar suertes como en el caso de Jonás cuando los marinos echaron suertes para saber por causa de quien había sobrevenido la terrible tormenta. Pero aunque echar suertes era una práctica común de la antigüedad, los cristianos del Nuevo Testamento recibirían después de este punto algo mucho mejor que echar suertes, recibirían la guía e instrucción del Espíritu Santo. Nosotros no debemos echar suertes, sino confiar en que el Espíritu Santo que mora en nosotros nos guiará a la respuesta a nuestra oración.

Si pensamos un poco en el proceso que acabamos de explorar verás que las decisiones se determinan tomando en cuenta la voluntad de Dios. Así que de ahora en adelante informa tus decisiones con la Palabra de Dios, usa la razón y la inteligencia que Dios te ha dado, ora y deja que el Espíritu Santo de Dios te guíe en la dirección correcta.

Dios te bendiga.


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