Feliz Navidad :: Viviendo la Fe

“Feliz Navidad”

¡Buenos días mujercitas espero hayan pasado una bonita velada de Navidad en compañía de sus seres queridos, pero, sí por alguna razón no pudo ser así, recuerda que hoy es un buen día para estar contenta ya que un día como hoy vino nuestro Salvador al mundo!

¿Saben? La mayoría de las personas, aunque sean seguidoras de Cristo, no tienen muy claro para qué o por qué vino Jesús al mundo, por esta razón muchas de ellas creen que necesitan seguir haciendo cosas buenas para ganarse el cielo y el favor de Dios, pero la Biblia enseña que no es por nada bueno que nosotras hagamos, sino que es un regalo de parte de nuestro Señor para todos los que crean que Cristo murió en lugar suyo (ósea por fe). Mira lo que dice Efesios 2:8-9: “Porque por gracia ustedes han sido salvados, por medio de la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras para que nadie se jacte”.

La Biblia también deja claro que Cristo vino a llamar a los pecadores al arrepentimiento para darles vida eterna. (Lc. 5:32, Jn. 3:16)

Eso quiere decir que vino a llamar a todos los seres humanos a que reconozcamos que, para los estándares de Dios, hemos pecado. Ante su santidad y perfección, nos quedamos cortos, estamos sucios por nuestro pecado y somos imperfectos. Hemos quebrantado sus mandamientos, comenzando porque ninguna amamos a Dios por sobre todas las cosas, todas hemos jurado en vano, mentido, desilusionado a nuestros padres, fantaseado impuramente y ni hablemos de todo lo que codiciamos. El problema es que creemos que Dios está exagerando y que el estándar debe ser mucho más flexible, después de todo no hay nadie perfecto que pueda cumplirlo. Pero, si hubo uno perfecto que cumplió con todo, Jesús, además, si lo pensamos bien, Dios no tiene por qué pedirnos nuestra opinión para poner sus reglas, Él es nuestro creador y el hacedor de todas las cosas, nosotras… ¡no!

Y cuando alguien rompe, de alguna manera la ley de Dios, tiene que pagar por haberlo hecho, el castigo es la muerte eterna. Esto es muy parecido a la ley constitucional que nos rige, si alguien comete algún delito, tiene que pagar por él, simple.

Sin embargo, Jesús fue perfecto porque no rompió jamás la ley de Dios, Él quiso entregar su vida voluntariamente para tomar el lugar de todos aquellos que quieran aceptar su sacrificio. De esa manera todos los pecadores que reconocemos que hemos pecado y aceptamos su sacrificio recibimos la gracia inmerecida de Dios, es decir un regalo que no nos merecemos en lo más mínimo, porque lo que todos merecemos es el castigo.

Y buscando un ejemplo para dejarlo más claro, recordé que hace unos meses me llamó por teléfono Marta, una buena amiga para contarme que había experimentado algo asombroso. Resulta que su cachorro Tomy se había enfermado de parvovirus, una enfermedad mortal para el 50% de los cachorros que la contraen, ella no se aseguró de ponerle la vacuna necesaria. El drama familiar podía sentirse desde que entrabas a su casa, sus cuatro pequeñitos oraban por el perrito y te contaban con lujo de detalle todo lo que estaba pasando. Tomy estaba muy enfermo y aunque sabían que llevarlo a la clínica significaría pagar un dineral (que no tenían), decidieron que harían todo lo posible por salvarlo. Después de varios largos y costosos días internado, el perrito mejoró y llegó el esperado pero temido momento de llevarlo de regreso a casa, los niños estaban felices, pero los papas estaban sufriendo ya que la gran noticia iba acompañada de una deuda bastante grande. Sin embargo, al momento de preguntar por la cuenta, el doctor les dijo que acababa de colgar con un amigo de ellos que pagaría por su deuda, ¡no debían absolutamente nada!

Ella me dijo: “yo merecía que se muriera Tomy porque no lo cuidé, y en vez de eso, Dios lo salvó. Y también merecía pagar la cuenta del hospital, pero Dios nos bendijo con un amigo que solventó todos los gastos, ¡esa es gracia inmerecida!”

Cómo puedes ver esto es lo más importante que celebramos en este día, así que no pierdas la perspectiva, no hagas de las fiestas, los regalos, las compras, la cena, las rifas, el intercambio, lo único y más importante, no ignores qué festejamos, ni mucho menos al festejado.

La Navidad se trata de Cristo y no de nosotros, se trata de recordar su nacimiento, su vida, su muerte, su resurrección y de gozarnos por la salvación que quiso regalarnos a todos los que lo aceptemos. Por más que la sociedad quiera quitar a Jesús del centro y poner a Santa Claus, o dejar de decir feliz Navidad y en su lugar decir: “felices fiestas”, la historia está dividida en un antes y después de Cristo, le guste a quien le guste y nadie puede negarlo. Él vino y es real.

Ahora, ¿Qué si nació en diciembre, que si no nació en diciembre? ¿qué si es pecado poner arbolito, que si no es pecado? ¿Qué si eran reyes o que si eran magos? ¿Qué si el espíritu navideño es satánico o que si es el Espíritu Santo? ¡Por favor! ¿Por qué nos complicamos tanto? Alégrate y festeja que un día Dios se hizo hombre y vino a la tierra, disfruta con tus seres queridos su salvación, déjate de tonterías y quítate de en medio. Festeja el nacimiento de Cristo, convive con tu familia, come, ríe, dedíquenle juntos una buena oración de agradecimiento, recuerden historias, parábolas, platiquen de Él, hoy es un excelente día para compartir el Evangelio y recordarle al mundo que existe un Dios que nos ama tanto que un día como hoy, pero de hace más de 2000 años, mandó a su Hijo unigénito para que todo aquel que crea en Él no se pierda más tenga vida eterna”

¡Que pasen una linda y feliz Navidad!


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