¿Temor? ¡Solo de Dios!

Proverbios 28:14

¡Buenos días mujercitas, espero se encuentren bien! Uno de los temas más recurrentes no solo en el libro de Proverbios, sino en toda la Biblia es el del temor. Por un lado, Dios nos manda explícitamente más de 365 veces que no tengamos temor de todas esas cosas a las que les tememos los seres humanos, y por el otro lado nos dice que solo tengamos temor de Él, pero cada vez le tememos menos.

Y en las Escrituras se nos manda a no tener temor, ni de las personas, ni de nuestra situación financiera, ni de todas esas situaciones que salen diferente a como esperamos, pero jamás nos dice que no tengamos ningún tipo de temor, al contrario, el temor es un sentimiento natural con el que el Señor nos creó. Lo que pasa es que como en muchas otras cosas, nuestro pecado lo tuerce y comenzamos a temer a todo y a todos, menos a quién deberíamos.

Como que nos reusamos a aceptar que solo Dios es el que tiene el control total de las cosas y entonces nos vemos en una situación complicada, como el caso de ese niño de 10 años que tiene el control absoluto; sí quiere estudiar pintura lo meten a clase de pintura, si al mes ya no quiere seguir porque se le antoja guitarra, no solo lo inscriben al nuevo curso, sino que le compran una guitarra nueva que, obviamente la usará por poco tiempo ya que pronto querrá estudiar karate. Él mocosito ha aprendido a salirse con la suya y controlar a sus padres, pero en el fondo, es un niño inseguro, agresivo y temeroso ¿por qué? porque tiene un poder que no le corresponde, él determina para donde va su vida y qué hacen o no sus papás. Pero el problema es que no puede, tiene 10 años y aún no sabe lo que es mejor para él. Y pasa exactamente lo mismo con nosotros, queremos tener el control de nuestra vida y vivirla a nuestro buen entender, pero eso solo nos causará estrés, angustia, inseguridad y mucho temor.

Por eso Dios nos repite en muchos versículos que a lo único que debemos temer es a Él. Y esto es muy interesante porque casi todos los creyentes creemos que tenemos temor de Dios, sin embargo, nuestras acciones dicen que no tanto. Y es que, confundimos temor con respeto, pero no es lo mismo, el temor va mucho más allá; es reconocer y saber que Dios aborrece nuestro pecado y que podemos caer en la disciplina del Señor como en el caso de Ananías y Safira o el de todos aquellos que murieron y que estaban enfermos por tomar la cena del Señor indignamente (sin temor de Dios), léanlo en 1 Corintios 11:27-32. Y es que, no podemos olvidar que Dios es un Padre que reprende a sus hijos y los mete en disciplina, no porque tenga algo en contra de nosotros, sino porque nos ama lo suficiente para no permitir que sigamos manchando Su Nombre, haciéndonos daño a nosotras mismas ni a las personas de nuestro entorno.

Y me encanta la sencillez con la que lo expresa el proverbio 28:14 “Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; Mas el que endurece su corazón caerá en el mal”. O el Proverbio 29:25 “El temor del hombre pondrá lazo; Mas el que confía en Jehová será exaltado”.

¡Con qué claridad lo expresan estos versos! porque todas esas personas que son como yo, temerosas e inseguras, nos identificamos con esto; caemos en el mal porque terminamos amarradas a nuestros temores.

Si nos da temor volar, no disfrutamos las vacaciones, si tememos quedarnos sin dinero y posesiones, nos aferramos al trabajo y a las cosas que poseemos, si nos da temor lo que las personas piensen, nos volvemos títeres del que dirán, si tememos la soledad, nos volvemos aprensivas con nuestras relaciones cercanas, si tememos al dolor y al sufrimiento, sufrimos de antemano pensando en todas esas miles de maneras en las que podemos sufrir, si tememos a la muerte, morimos miles de veces y de miles de maneras en nuestra mente. ¿Me explico? Las personas temerosas estamos enlazadas a nuestros temores y sufrimos amargamente por ello.

Pero Dios nos dice que seremos bienaventuradas y exaltadas si dejamos de temer a todo y a todos y solo le tememos a Él, quien finalmente, es el único que verdaderamente tiene el control de todas las cosas y que, además es bueno y obra todas las cosas para nuestro bien. Esto me recuerda Romanos 11:22 que dice “Mirad pues la bondad y la severidad del Señor”.

O sea que nuestro verdadero problema es nuestra falta de temor a Dios porque si le tuviéramos suficiente temor no habría cabida a mas temores, nuestras ansiedades y nuestros afanes se reducirían a nada y seríamos libres de ellos. Primero, porque Dios nos manda no temer a nada ni a nadie y segundo porque verdaderamente comprenderíamos tanto la bondad como la severidad de Dios. Sabríamos que Él ve por nosotras, que nunca nos dejará solas, y que no nos sucederá algo que no podamos soportar, incluso perderíamos ese miedo tan característico de los seres humanos, el temor a la muerte. Hebreos 2:15 dice que Jesús vino “a librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”.

Si tuviéramos temor de Dios comprenderíamos que: Mateo 6:33 “debemos buscar primeramente el reino de Dios y todas las cosas nos serán añadidas”, Salmos 31:19 “la bondad de Dios guarda a los que le temen”, Salmos 34:7 que “Dios defiende a los que le temen”, Proverbios 14:26 que “En el temor de Dios tenemos fuerte confianza” y “nuestros hijos tendrán esperanza”, Proverbios 9:10 que “el temor del Señor es el principio de la sabiduría”, Eclesiastés 12:13 “El todo del hombre es temer a Dios y cumplir sus mandamientos” y ya por último Deuteronomio 5:29, estás son palabras de Dios, escuchen “¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!”… Mediata en esto…

¡Que tengas una linda semana y, que Dios te bendiga!


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