La Ansiedad y las Finanzas

Día 11 “La Ansiedad y las Finanzas”

¡Buenos días, espero se encuentren bien! En el video pasado platiqué acerca de la estrecha relación que tiene la ansiedad con nuestros pensamientos catastróficos y pesimistas y que debemos trabajar en transformar dichos pensamientos con la Palabra de Dios. Pero hoy hablaré acerca de la relación que hay entre la ansiedad y las finanzas.

Vivimos en una época en la que el consumismo ha forjado gran parte de nuestro carácter y la publicidad ha jugado un juego muy importante. En cada esquina, pantalla electrónica y centro comercial, nos hacen sentir que estamos incompletos, que nos falta “esto o aquello” para ser completamente felices. Eso ha generado una sociedad insatisfecha, deprimida, estresada, ansiosa y enfocada principalmente en una cosa “hacer dinero para tener más”.

Pero la Biblia nos habla tanto acerca de esto como no tenemos idea, versículos como Prov. 23:4-5 explícitamente expresan: “No te afanes por hacerte rico; Sé prudente, y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo estas ningunas? Porque se harán alas como alas de águila, y volarán al cielo”. Y, sin embargo, nos afanamos, y hay muchas personas que viven en un estrés caótico por conseguir lo que quieren y al ver que no lo consiguen (porque aparte, nunca es suficiente) comienzan a presentar ataques de ansiedad y miedos profundos que ni siquiera pueden identificar de dónde vienen. Pero no solo a los codiciosos les pasa esto, mucha gente puede afanarse y perder el sueño por asuntos económicos.

Y para poder identificar si la raíz de tu ansiedad está en el dinero solo tienes que echarle una pensadita rápida ¿qué tan seguido piensas en las cuentas bancarias? ¿en tus deudas? ¿en tus posesiones? ¿en si tienes o no el dinero para comprar esto o aquello que tanto deseas? ¿Qué porcentaje de tu tiempo inviertes pensando en la economía? Pueden ser cosas buenas o indispensables, no necesariamente algo banal; por ejemplo, puedes estar genuinamente preocupado por cómo vas a pagar la renta o la luz, sin embargo, sigue siendo un asunto económico y sigue siendo peligroso porque no solo pierdes tu paz, puedes dañar y descuidar tus relaciones personales.

Pero Dios sabe perfectamente cómo somos y a todos aquellos que nos preocupamos por sustento cotidiano nos habla claramente y nos dice que no nos afanemos, y que no nos preocupemos ni por la comida, ni por la bebida, ni por lo que habremos de vestir, porque Él tiene cuidado de sus hijos, de hecho, dice que debemos enfocarnos en buscar su reino y su justicia y que todas estas cosas nos serán añadidas.

Pero todos debemos de hacer lo que nos toca, de hecho, la Biblia dice que el varón que no provee para su casa es peor que un incrédulo ¡imagínate nada más! Podemos asegurar que para Dios no se trata de que te quedes esperando con los brazos cruzados a que te caiga maná del cielo. Te ha dotado con ciertas habilidades y aptitudes para que realices ciertos trabajos, pon manos a la obra, haz un buen manejo de tus finanzas, agradece a Dios por el sustento que te da todos los días y confía en Él.

Por otro lado, puede ser que tu ansiedad y angustia vengan de un mal manejo de las finanzas, de ser así, necesitas aprender a manejarlas correctamente y a dejar de ser negligente. No importa si Dios te está bendiciendo con un sueldo grande o uno pequeño, tienes que hacer un presupuesto y apegarte a él. Y si eres de esas muchas personas que se endeudan como si fuera vicio y que tapan un hoyo para destapar otro y ya tienes tantos agujeros al descubierto que no sabes por donde comenzar, lo peor que puedes hacer es seguir haciendo lo mismo, así que, deja de preocuparte y ocúpate, proponte pagar tus deudas, puedes comenzar con la más pequeña, pero no dejes de pagar. Conforme vayas saldando tus asuntos pendientes vas a poder ir descansando. Y no olvides darle a Dios lo que es de Dios, es decir, el diezmo, porque es una forma en que le demostramos al Señor que dependemos de Él, que le agradecemos todo lo que nos ha dado y que confiamos en su provisión.

Ahora, es bien fácil poner nuestros ojos en el dinero porque creemos que con él tendremos seguridad, y todos buscamos sentirnos seguros y en control, el problema es que dejamos de buscar a Dios y ponemos nuestras esperanzas en la economía. Creemos que con dinero tendremos comida, vestido, casa, automóvil, buena salud, seremos más aceptados, admirados, exitosos e importantes, de hecho, mientras digo esto me acuerdo de una película que se llama el violinista en el tejado, y en una de las escenas el actor principal canta una canción muy graciosa quejándose con Dios acerca de su situación económica y dice: “Si yo fuera un hombre rico, los hombres más importantes vendrán a adularme. Me pedirán consejo como al sabio Salomón. Y no importará si mis respuestas fuesen ciertas o falsas. Cuando eres rico todos creen que lo sabes todo” … Y es cierto, el dinero tergiversa las cosas.

Pero me encanta como habla Jesús acerca de este asunto, Él dice “Donde está tu tesoro ahí está también tu corazón” en otras palabras “tu pensamiento está en aquello que más te importa, lo que más valoras”. Así que, esta semana medita en esto, ¿qué abarca la mayor parte de tu pensamiento? ¿tu economía? ¿el bienestar de tus hijos? ¿las finanzas? ¿tu salud? ¿tu seguridad? ¿tus deudas? o ¿Dios y vivir modelando el Evangelio?

Con esto te puedes dar una buena idea de en dónde has puesto tu confianza y por favor, mientras meditas en tus respuestas, recuerda Jeremías 17:7-8 “Bendito el varón que confía en el Señor, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”.

¡Que tengas un lindo día y que Dios te bendiga!


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