Gigantes de la Fe :: Ireneo de Lyon

“Ireneo de Lyon” (nació alrededor del 130 y murió 202)

Durante el segundo y casi todo el tercer siglo, el cristianismo no era aceptado ni comprendido, pero tampoco era perseguido incisivamente; si un cristiano era castigado e inclusive martirizado, era solo porque alguien había tenido la osadía de acusarlo ante las autoridades.

La gente fomentaba rumores espantosos, muchas prácticas cristianas eran tergiversadas y mal interpretadas, a veces por ignorancia, pero en muchas otras ocasiones porque era la manera más sencilla de acabar con esta nueva manera de pensar y de vivir que amenazaba los pilares del imperio Romano, es decir, su filosofía, sus creencias y sus dioses paganos.

Durante esta época, Dios levantó gente que refutara estas falsas acusaciones y que
defendiera su fe no solo con el ejemplo, sino con la razón y la palabra. A estos defensores se les conoce como: “apologistas”. Entre ellos encontramos a Ireneo obispo de Lyon.

Ireneo fue el discípulo más distinguido del obispo Policarpo, antes que nada, fue un pastor que luchó para instruir a su rebaño en la sana doctrina, protegerlo de las herejías y refutar a los falsos maestros de su época. De carácter pacífico, pero vehemente, este gigante de la fe nos legó la obra literaria titulada “Contra las Herejías”.

En ella, el obispo busca instruir a los cristianos en la fe verdadera pero principalmente busca combatir y desenmascarar al gnosticismo, una herejía que amenazaba fuertemente con destruir al cristianismo en los primeros siglos.

La siguiente frase es extraída de esta obra:
“El error nunca se presenta en toda su desnuda crudeza, a fin de que no se le descubra. Antes bien se viste elegantemente, para que los incautos crean que es más verdadero que la verdad misma… Cuando se mezcla bronce con la plata, ¿quién entre la gente sencilla puede probar el engaño?”

Como es de notarse este tipo de frases no están empolvadas por el tiempo, muy por el contrario, su relevancia en la actualidad sigue vigente ante cientos de filosofías y religiones que tergiversan la Verdad de una manera atractiva y que buscan apagar la realidad de Jesucristo.
Su celo por la sana doctrina y su defensa del cristianismo le ganó el desprecio de sus opositores, quienes consiguieron que el emperador ordenara su ejecución. En el año 202, ese gran apologista de la fe, Ireneo de Lyon, murió decapitado.


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