Dios es quien nos levanta

Proverbios 18:10-11

¡Buenos días mujercitas, espero se encuentren bien! El Proverbio 18 versículos10 y 11 dicen: “Torre fuerte es el nombre del Señor; A él correrá el justo, y será levantado. Las riquezas del rico son su ciudad fortificada, Y como un muro alto en su imaginación”.

Me anima hablar de este proverbio porque en la vida de todos los seres humanos llega un punto en el que necesitamos ayuda, muchas veces no lo reconocemos o no lo hablamos, pero algo dentro de nosotros sabe que está en problemas y comienza a buscar la respuesta que nos ayude. Y buscamos una infinidad de maneras y formas para solucionar nuestros problemas; hay quienes van al psicólogo, o asisten a platicas y retiros motivacionales o leen libros de auto-ayuda, mientras que otras personas en cambio, se inmergen en sus actividades diarias y tratan de negar lo que está pasando, como si el no pensarlo fuera sinónimo de que no existiera.

Pero escucha cómo dice: “Torre fuerte es el nombre del Señor; a él correrá el justo, y será levantado”. Es que, la Biblia pone la vida tal cual es y en ningún momento dice que no caeremos o que no padeceremos alguna necesidad, al contrario, te dice lo que va a pasar para que sepas como actuar cuando llegue el momento “corre a la torre fuerte, clama a Dios”. ¡Ah, pero no! lo que pasa es que nos creemos auto-suficientes y nos vamos tras lo que nos lata más, entonces, si nuestra relación matrimonial está en un mega bache, o nuestro adolescente es un desastre, o no podemos pagar las deudas, lo primero que hacemos es buscar el consejo de las amigas que están igual o peor que nosotras, o nos metemos al internet a buscar platicas, consejos u opiniones de quién sea con tal de que nos ayude a salir del problema; es más, muchas veces ponemos toda nuestra confianza en la psicología como si Sigmund Freud hubiera sido un ejemplo de vida ¡Qué ironía!

Pero las Escrituras nos enseñan que debemos correr a nuestro Padre, Él está ahí para nosotras, no importa si son problemas conyugales o con nuestros padres, o nuestros hijos; si son problemas financieros, escolares o laborales, incluso si son problemas de salud. No importa cuál sea tu problema el Salmo 55:22 dice “Echa sobre Jehová tu carga y Él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo”.

Y eso es lo motivante que en esos momentos difíciles que nomás no vez para donde, ni como, ni cuándo; en esos momentos en los que todo se ve gris y oscuro, si buscas a Dios encontrarás tu refugio y tu fortaleza.

Mira, yo no sé por lo que estés pasando, ni por qué Dios lo está permitiendo, ni si es tu propio pecado lo que te metió en esta situación o el pecado de alguien más, o las circunstancias del mundo caído en el que vivimos; lo que sí sé es que creemos que muchísimos de nuestros problemas pueden ser resueltos con dinero y por eso ponemos nuestra confianza en lo que tenemos, y nos llenamos de inseguridades si no creemos que tenemos lo suficiente; por eso te recuerdo el versículo 11 “Las riquezas del rico son su ciudad fortificada, Y como un muro alto en su imaginación”.

Porque en realidad son como un espejismo, puedes estar en el hospital más caro del mundo, con los mejores médicos, pero si te ha llegado la hora nada podrá impedir que llegue. Y de la misma manera si crees que tienes la vida resuelta porque tu cuenta de banco es inmensa investiga sobre todos esos millonarios que han perdido todo de un día para otro por una devaluación, una catástrofe o un fraude. O dime ¿Cómo compra una madre sentirte bien si ha falleció su hijo? o ¿cuánto dinero paga una esposa para que su esposo le sea fiel hasta que la muerte los separe? o ¿Cuánto paga una hermana para que su hermano no sea un adicto? Es que… las cosas que de verdad importan, las que en verdad nos hacen sufrir y caer y perder las ganas de levantarnos no están en el mismo campo del materialismo ¿me explico?

Poner nuestra confianza en nuestras finanzas es ponerla en un sueño guajiro, poner nuestra confianza en nuestro buen juicio es ponerla en terreno peligroso, poner nuestra confianza en personas falibles como tú y como yo es cometer una insensatez. Debemos correr a Dios, clamar a Él y pedir su ayuda, debemos estudiar las Escrituras para comprender no solo lo que debemos de hacer, sino quién es Dios y lo mucho que Él nos ama. Y entonces si podremos testificar y comprender que en los tiempos de angustia es Dios es quien nos levanta, Él es nuestra fuerza, nuestro escudo y quién levanta nuestra cabeza.

¡Que tengas una linda semana, y que Dios te bendiga!


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