Aprende Prudencia

Proverbios 19:13, 14 y 18

¡Buenos días mujercitas, espero se encuentren bien! hoy hablaré de un par de versículos sobre el proverbio 19 y los iré desarrollando poco a poco. Versículo 13

“Dolor es para su padre el hijo necio, Y gotera continua las contiendas de la mujer”.

Y este verso puede parecer que habla de dos cosas distintas; por un lado, te habla del papá y su hijo y por el otro de la esposa quejosa, sin embargo, están completamente ligados, porque las mujeres somos responsables de gran parte de la educación de los hijos; estamos más al pendiente de ellos en muchas áreas, generalmente pasan más tiempo con nosotras y los conocemos con mayor profundidad. Y muchísimos de los pleitos y quejas de las esposas son precisamente por la educación de los hijos.

El problema comienza cuando solo nos enfocamos en lo que nuestro esposo hace o deja de hacer. El versículo 18 dice: “Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo”, No sabes lo liberador que es comprender este proverbio o al menos lo fue en mi caso porque al comienzo de nuestra paternidad Jorge y yo no mas no nos entendíamos.

Han de saber que el papá de Jorge era un hombre muy generoso y cariñoso, sin embargo, su carácter también era muy fuerte y cuando algo no salía como él quería su enojo lo llevaba a cometer muchas tonterías y explosiones violentas.

Por el otro lado, mi papá tenía un carácter muy alegre y no le gustaba el conflicto, además casi nunca estaba en casa, así que no recuerdo más que una ocasión en la que me llamó la atención y eso porque… la verdad, si me tocaba.

Para mí, un buen papá no debía corregir casi nunca y los castigos eran algo así como un arma destructora para el alma del niño, y, para Jorge, no se debía dejar pasar absolutamente nada porque hacerlo sería prácticamente estar criando asesinos en serie.

Como es de esperarse cada que Jorge regañaba a los chicos yo sentía que era una injusticia, una falta de amor y cuando les daba tres nalgadas ¡ni se diga! yo me imaginaba a mis hijos traumados de por vida y comenzaban las discusiones entre nosotros. ¿Por qué regañarlos si solo les hablé cinco veces para que me hicieran caso? ¿Por qué mandarlos al rincón si solo están peleando ¿qué no hacen eso los hermanos normales? ¿Por qué darles tres nalgadas si solo es un berrinche de media hora? ¿Por qué ponerle 3 planas si solo sacó la lengua? Yo no entendía por qué tanta disciplina hasta que Dios me mostró que la que estaba mal en todo esto era yo, “debía castigar a mis chicos mientras que hubiera esperanza”, mientras que estaban conmigo y pudiera moldearlos. Jorge por su parte, tuvo que aplicar la segunda parte del proverbio y aprender a controlar su carácter, porque, aunque el mocosito lo estuviera desafiando abierta y groseramente él no debía perder la calma.

Eso es lo bonito de conocer las Escrituras y de creer que Dios sabe mucho mejor y mucho más que nosotros, ya no se trata de lo que a mí se me haga más lógico, o cómodo, o de lo que dicte la moda, o el psicólogo o incluso mi familia, se trata de lo que Dios manda y punto. Dios dice “corrige” pues corrijo, Dios dice “contrólate”, pues me controlo, ¡simple!… En teoría porque cuesta trabajo, honestamente es más fácil hacerte la de la vista gorda si tu carácter es permisivo o agarrarlos a zapatazos si eres explosiva., pero por eso es importante que le pidas ayuda al Espíritu Santo y no te dejes llevar por tus sentimientos sino por la obediencia a Dios.

Y también es importante porque cuando conoces lo que Dios manda dejas de estar de quejosa con tu marido, dejas de ser esa “gotera continua” que solo lo harta y lo irrita con sus quejas y pleitos, por eso dice parafraseando un poco el versículo 14 que “la herencia de Jehová es la mujer prudente”.

Pero la prudencia no es una virtud con la que se nazca, ni es algo que tengas que estar esperando pasivamente a que te llegue, al contrario, gracias a Dios es algo que podemos ir adquiriendo y ejercitando. En el libro de proverbios se hacen muchísimas alusiones a ella, te voy a leer algunas: Proverbio 1 dice que los proverbios son “para conocer razones prudentes y recibir el consejo de prudencia”; Proverbio 3:5 “fíate del Señor y no te apoyes en tu propia prudencia”;

Proverbio 5:1 “presta atención a mi sabiduría, inclina tu oído a mí prudencia”; Proverbio 8:5 “Entended, oh simples, la prudencia” y Proverbios 20:15 me encanta, escúchalo “Hay oro y multitud de piedras preciosas; más los labios prudentes son joya preciosa”.

O sea que las Escrituras te aseguran que la prudencia es algo que puedes adquirir y aumentar. Por eso es que dice que la mujer prudente es un regalo del Señor, porque Él la va transformando, su Palabra va moldeando su manera de pensar y de actuar y por ello deja las quejas y deja de estarse enfocarse sólo en lo negativo y los reclamos. Poco a poco comienza a adquirir la prudencia para abordar un tema difícil, o para quedarse callada, o para animar en lugar de criticar.

Como ven es muy importante conocer las Escrituras por eso les hago hincapié de que aparten un tiempo para conocerlas y estudiarlas más, el Salmo 19 dice que “hacen sabio al sencillo, alegran el corazón, alumbra los ojos (te muestran el camino)”. Todas necesitamos la ayuda de Dios para poder ser esa esposa y madre que Dios quiere que seamos, así que, desempolva tu Biblia y comienza a estudiarla.

¡Qué tengas una linda semana, y que Dios te bendiga!


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