Cómo enfrentar la tristeza

Mateo 26 “¿Cómo enfrentar la tristeza, la angustia y la ansiedad?”

¡Buenos días mujercitas, espero se encuentren bien! Hoy voy a hablar de lo que experimentó Jesús antes de que fuera arrestado injustamente, pero por favor no dejes de leer el relato en Mateo 26 especialmente si eres alguien que batalla con la tristeza, la angustia o la ansiedad porque te va a servir muchísimo comprender cómo enfrentó Cristo estás emociones tan fuertes.

Leer que Jesús estaba angustiado y triste, pero que finalmente se sobrepuso y siguió adelante con el propósito que Dios le había encomendado me provoca varias sensaciones como tristeza, admiración, esperanza ¡no sé! muchas cosas al mismo tiempo.

Y es que, Jesús sabía que su tiempo había llegado, que ya se había tramado el complot para arrestarlo y crucificarlo, que una mujer había vertido su perfume de nardo preparándolo para la sepultura, había explicado a sus discípulos la importancia y el simbolismo del pan y del vino en la Santa Cena. También acababa de decir que esa misma noche uno de sus doce había de traicionarlo, que todos huirían aterrorizados y que su querido Pedro, Pedro iba a negarlo 3 veces antes de que amaneciera. Por supuesto, también sabía que el castigo del pecado del mundo caería sobre sus hombros y que por primera vez en toda la eternidad su armonía con el Padre se rompería.

Y el maestro empezó a sentirse realmente angustiado, y una tristeza profunda comenzó a adueñarse de su persona. Entonces se apartó de los doce, pero tomó a Jacobo, a Juan y a Pedro para que le hicieran compañía y les pidió que velaran mientras que Él se iba a orar un poco más adelante. Después de un rato regresó a donde estaban los tres, pero los encontró dormidos, así que les volvió a insistir que velaran y oraran, mientras que Él, que estaba experimentando una agonía profunda, se regresaba a seguir orando fervorosamente.

La oración que Jesús hizo es un gran ejemplo de sumisión, amor, obediencia y confianza, él dijo: “Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad”. Por favor, no vayas a creer que por haber aceptado la voluntad del Padre Jesús no estaba en agonía y sufrimiento, porque la Biblia describe que era tal su sufrimiento que su sudor era como grandes gotas de sangre y que su tristeza y angustia llegaban hasta la muerte.

Y quienes hemos experimentado una fuerte depresión o angustia podemos testificar que son sentimientos que te paralizan, que te someten al encierro, a la auto-segregación y que reducen tu ser a un manojo de aflicción y nervios, ¡es horrible sentirte así! Llegas a creer que todo se trata de ti, de tu sufrimiento y de tu entorno angustiante y triste, hay quienes se olvidan de su esposo, de sus hijos, de su trabajo, es como si un velo gigante te tapara los ojos y te olvidaras de tu entrono. ¿Te imaginas que hubiera pasado si Jesús se hubiera paralizado así? ¡No hubiera habido muerte sustituta, ni resurrección, ni perdón de pecados y peor aún ¡No habría reconciliación con el Padre!

Mira, yo no sé si tú hayas o estés experimentando una situación como esta, pero tengo que decirte que hay un mundo que al igual que tu sufre, que mucha gente sufre pérdidas irreparables; su salud, sus seres queridos, su inocencia, su libertad, su reputación, su posición, su dinero, y no puedes darte el lujo de quedarte ensimismada y olvidarte de cumplir el propósito por el cual Dios ha permitido que vivieras lo que hayas vivido.

Y si has pensado que Jesús no sabe lo que sientes porque tú compañero de toda la vida o alguien te ha traicionado, recuerda que a Él lo traicionaron por 30 monedas de plata. Si crees que Dios es ajeno al sufrimiento cuando la vida de un ser querido se consume poco a poco, recuerda que fue su único Hijo quién se sacrificó para que tú y yo podamos ser salvas. Y si crees que no hay nadie en este mundo que haya sufrido una perdida tan grande como tú, déjame que te diga que ¡no sabes nada, que la auto-compasión te tiene cegada! Abre los ojos, escucha tu entorno, ve el sufrimiento ajeno y luego, luego levántate, que valga la pena tu tiempo en este mundo y aprovecha lo que hayas vivido para que otros conozcan al Padre. ¡Responde como Dios manda!

Lo bueno de todo esto es que, aunque no sepas como hacerlo o creas que no puedes, Jesús nos dejó el ejemplo para enfrentar estos momentos en la vida y seguir adelante con el propósito que Dios nos creó.

Primero, todas necesitamos personas cercanas a quién acudir cuando llega la desesperanza. Segundo debemos pedirles que estén intercediendo en oración por nosotras. Tercero necesitamos pasar tiempo privado en oración y mientras más fuerte llegue la desesperanza, más debemos aferrarnos a hablar con el Padre. Cuarto nuestra oración debe ser honesta, abriendo nuestros sentimientos reales. Quinto debemos aceptar y confiar que Dios sabe lo que hace, y poder decir con serenidad: “Padre no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Sexto no importa si Dios hace o no lo que tú le pediste, debes levantarte, ayudar a otros a que conozcan a Cristo y cumplir el propósito con el que Dios te ha creado.

Pero me gustaría hablarles también a todas aquellas mujeres que nunca han experimentado estos sentimientos, porque, probablemente conocen a alguien que sí. Es fácil juzgar cuando no has experimentado lo que estás juzgando y también es fácil creer que debes y sabes cómo aconsejar, sin embargo, muchas veces es bueno reconocer que no tienes las respuestas y que es mejor canalizar a la persona con alguien que sepas que puede ayudar. En lo personal creo que la mejor opción son los consejeros bíblicos o los psicólogos cristianos porque la psicología por sí sola está centrada en el hombre y no en Dios quién finalmente debería ser el centro, y que, además, es el único que en verdad puede tratar con los problemas del alma.

Recuerda que lo que Cristo les pidió a sus discípulos fue que estuvieran cerca de Él y que estuvieran orando, y eso es exactamente lo mejor que podemos hacer como cristianas, interceder en oración por aquellas personas que están en medio de una lucha con la depresión, la angustia o la ansiedad.

¡Que tengas una linda semana y que Dios te bendiga!


One thought on “Cómo enfrentar la tristeza

  1. Gracias queridos hermanos, por esta meditacion yo soy una hija de Dios que siempre desde joven sufro depresion nervios ansiedad,temor y panico pero que mi señor lo sabe mejor que yo,ya tengo 82 años y hoy dia me siento muy malcon esto sufro de tension arterial y me da miedo todo lo que se siente.Deseo ore por mi, gracias por tan hermosa enseñanza.reciban mis bendiciones que Dios los siga usando para ayudar y consolar a los que sufrimos de esta enfermedad es fuerte la lucha……me despido pidiendoles sus bendiciones para mi y mi familia.Elizabbbeth Plasencia de Sosa )viuda)

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