Viviendo la Fe :: ¿En verdad es Cristo tu tesoro?

Mateo 13 “¿En verdad es Cristo tu tesoro más grande?”

Buenos días mujercitas, espero se encuentren bien. En Mateo 13 Jesús expone varias parábolas acerca de lo que es el reino de los cielos, y al final del capítulo se las explica detalladamente a sus discípulos para asegurarse que las hayan entendido correctamente, pero, les recomiendo que le den una leída para que tengan una idea clara de lo que estoy hablando.

Mientras estudiaba este capítulo, el versículo 44 llamó mi atención, se los leo: “Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo”

Inmediatamente uní los puntos, lo más increíble que le puede pasar a una persona en esta vida es encontrarse con Cristo porque es a través de Él que podemos ir al Padre y recibir una vida completamente nueva y diferente. Pero en este versículo dice que cuando el hombre encontró el tesoro, se fue contento y vendió todo. Por consiguiente, el entorno del hombre cambió y su modo de vida fue diferente ya que reconoció que lo que había encontrado era mucho mejor que lo que tenía.

Y eso me recordó las muchas ocasiones que he escuchado que una persona no se vuelve cristiana porque eso es sinónimo de prohibiciones, que la vida se vuelve aburrida porque no puedes tomar, salir de antro, decir groserías, fumar, tatuarte y, por si fuera poco, debes usar falda larga y nunca más volver a maquillarte.

Y cada que escucho este tipo de cosas lucho con esconder una sonrisita, la verdad es que cuando no estamos con Cristo las personas pensamos un poco chueco y creemos que la Biblia dice un chorro de tonterías que, en primera, no dice. Por ejemplo, la cuestión del vino, la Biblia nunca enseña que no podemos tomar, lo que si dice es que no debemos emborracharnos. Y en segunda, nos vamos por tergiversar los versos y caer en los extremos y entonces concluimos en exageraciones como: “la Biblia prohíbe cocinar con vino”.

Ahora, siguiendo con el ejemplo, la Biblia si prohíbe la embriaguez, pero, por más que lo he pensado, no encuentro nada de irracional con que Dios diga: “no te emborraches” después de todo, ¿qué mujer sensata le aconsejaría a su hija o a su esposo: “esta noche que iras de antro emborráchate, caite por todos lados y ponte eufórico, después ponte a llorar, y si se te hace fácil tener relaciones sexuales con cualquiera, adelante, hasta podrías embarazar a alguien o quedar embarazada, al día siguiente vas a sentirte pésimo por la cruda física y moral, y eso sin contar que se te puede hacer una adicción, pero ¡adelante tienes mi apoyo, ve a emborracharte!”

Ahora, por increíble que parezca, me tocó escuchar a la mamá de una compañera que le aconsejaba cosas como estas, sin embargo, sé que ella misma llevaba una vida triste y de muchos excesos lo que la llevó a depresiones muy fuertes y a intentar quitarse la vida.

Pero esto no es lo común, ninguna mamá y esposa sensata lo aconsejaría, y eso mismo es lo que Dios hace con sus hijos, nos pone límites, porque todos necesitamos límites, aunque no nos gusten.

La realidad de las cosas es que conocer a Cristo trae libertad, pero se trata de ser radical con nuestro pecado y obedecer lo que Dios dice y obedecerlo como el hombre del versículo que leímos, con gozo, contentas porque sabemos que eso es lo mejor, y porque estamos convencidas que seguirlo a Él es el mejor tesoro que podemos encontrar en este mundo, no con caras largas y mortuorias como si fuera lo peor que te pudo haber pasado.

Entender que no se trata de una lista de prohibiciones, aunque claro que hay cosas que no debemos hacer, por ejemplo, los 10 mandamientos que todas conocemos, pero ¿qué hay de malo con ellos? después de todo no matarás, no robarás, no cometerás adulterio, no codiciarás… son cosas que, si pudiéramos, todas prohibiríamos que se nos hicieran a nosotras y a nuestros seres queridos.

La verdad de las cosas es que Dios es lo máximo, conocerlo y obedecerlo trae una libertad que nada ni nadie te puede dar. Y si, no es fácil porque vas en contra de casi todo lo que dice la sociedad, y tú misma tendencia pecaminosita, pero trae paz, hacer lo que Dios manda por encima de lo que tú quieres y por encima de lo que te dicta la gente, trae libertad.

Así que esta semana te invito a que seas radical, obedece a Dios antes que a nadie, cree en Él y dile “Padre ayúdame a ser tajante con mi pecado, con mi entorno, ayúdame a valorar tu salvación como ese hombre que dejó todo por asirse a ti y atesorarte como lo más increíble que le pudo haber pasado”.

¡Que tengas una linda semana y que Dios te bendiga!


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